miércoles, 20 de abril de 2011

Testigo desaparecido,Víctor Martínez


Testigo desaparecido
Víctor Martínez está desaparecido desde el lunes. Sus familiares presentaron un hábeas corpus. Es un testigo clave en el caso del obispo Carlos Ponce de León

Víctor Martínez, testigo en la causa en la que se investiga la muerte del obispo Carlos Horacio Ponce de León, asesinado durante la dictadura en un accidente simulado, se encuentra desaparecido desde el lunes. Así lo denunciaron sus familiares, que presentaron un hábeas corpus. En el pedido de intervención a la Justicia advirtieron que Martínez había tenido años atrás amenazas de muerte. A las dos de la tarde del lunes salió de su casa, en la ciudad de Buenos Aires, para ir a una escribanía ubicada en el microcentro, a la que nunca llegó.

“Tenía después un turno con su terapeuta a las 17.30 y tampoco fue. Estamos preocupados”, relató anoche la abogada Gabriela Scopel. Vestía camisa blanca, pantalón y zapatos negros y un pulóver oscuro. La letrada agregó que en los hospitales de la ciudad, tanto como en el SAME y en la Policía Federal dijeron no tener rastros de él.

Martínez era el único acompañante de Ponce de León cuando el 11 de julio de 1977 el obispo sufrió el accidente que le causó la muerte. Tenía entonces 19 años –hoy tiene 52– y estaba haciendo el servicio militar en la Prefectura Naval, donde estuvo secuestrado después del accidente.

Como obispo de la diócesis de San Nicolás, Ponce de León había acompañado a los trabajadores de Villa Constitución perseguidos por el terrorismo de Estado e intercedió por varios desaparecidos. Su muerte conmocionó a la zona por su similitud con la del obispo de La Rioja, Enrique Angelelli, que había ocurrido un año antes.

La investigación del asesinato fue reabierta luego de la anulación de las leyes de impunidad, pero se topó con continuos obstáculos en su avance. El principal investigado es el ex teniente coronel Manuel Fernando Saint Amant, jefe de la represión en la zona, hoy procesado (pero en libertad) en numerosas causas de desaparición de personas.

En el año 2008, el fiscal federal Juan Patricio Murray tuvo un fuerte cruce con el juez de la causa, Carlos Villafuerte Ruzo, cuando tras enterarse de que el cadáver del obispo había sido sacado de su tumba en la Catedral, pidió un análisis de ADN para certificar que el cuerpo dentro del ataúd no hubiera sido suplantado, pero se topó con una orden del juez suspendiendo la exhumación.

Martínez declaró en el expediente y fue acusado por falso testimonio y procesado. Por esto, inició una querella contra Villafuerte Ruzo. “A fines de diciembre presentamos una demanda por persecución religiosa contra el juez, en enero hicimos una presentación de juicio político en el Consejo de la Magistratura y el 24 de marzo, en el acto en la Plaza de Mayo, hubo un grupo que colgó una bandera con la consigna ‘juicio político al juez Villafuerte Ruzo’”, reseñó la abogada Scopel.

El hábeas corpus fue presentado “en atención a las causas penales que lo tienen como víctima, testigo, denunciante y querellante”, que son “eminentemente procesos en los que se investigan violaciones a los derechos humanos”.

El testigo estaba recibiendo atención psicológica por estrés post traumático, después de la reapertura de las causas de San Nicolás. Sus familiares contaron que sufre de alta presión, pero controlada con medicamentos, y que también suele usar bastón por problemas en su columna.

Por las amenazas de muerte que recibió fue abierta una investigación en el juzgado federal de Norberto Oyarbide, aunque el expediente fue cerrado el año pasado por falta de pruebas.

Por Laura Vales, pagina 12

jueves, 14 de abril de 2011

¿QUE ES UN COMPAÑERO?


A los cumpas: Más de una vez, eh pensado en dar las gracias a todos aquellos que recorren el camino de la lucha social a mi lado, y esta es la oportunidad de hacerlo.

¿Qué es un compañero? Es aquel que te acompaña a recorrer el día a día. Es ese que cuando estas fastidiado de las malas noticias, de que a pesar de todo el sacrificio que venís haciendoy cuando Unos pocos con tan solo una actitud te derriban, Es el cumpa el que te saca una sonrisa para que puedas seguir en esto.

Es ese que recorre las calles de igual a igual con vos.

Es aquel que cuenta las chirolas para el colectivo, por que es necesario estar en el acto Y lo maravilloso de esto, es poder reír juntos de la mala cara del destino; Por que ante una desilusión política, Y frente a un cuervo disfrazado de peronista, ademas del ninguneo constate de algunos que fueron como vos, pero ya se olvidaron( Lo que no se olvidaron, es de ningunearte. De pisotear a tu filosofo, y eso es lo que te duele mas. Hasta que ya no pueden sacarte mas nada) y es aqui donde el cumpa te refresca quien sos, Lo que lograste y lograron juntos Y que vale la pena seguir jugándotela. Por que pueden negociarte un puesto Pero nunca los ideales.

Por eso y muchas cosas mas, es un orgullo que alguien te diga "cumpa", es un acto del cual uno se puede jactar llegar a ser el protector de la espalda del compañero.

Pueden cambiar muchas cosas, pero hay algo que no cambia por mas de cabie el contexto o el dirigente y es la lealtad del compañero.

Como anhelo, me gustaría que comencemos a premiar esto Y a hacer pagar la traición, Como me alguna vez un compañero, la ingratitud no tiene que ser gratuita.

Hoy, atreves de esto, premio a todos aquellos que se comprometen En la lucha, pero fundamentalmente, en poner El pecho ante las balas, por un compañero.

ALEJANDRA ORLANDI

miércoles, 13 de abril de 2011

Dejamos de vernos, Jose Pablo Feinmann


Anticipo. Un capítulo del libro El flaco, trabajo donde José Pablo Feinmann volcó sus diálogos con Néstor Kirchner desde 2003 hasta 2006


Antes –no recuerdo la fecha– fui todavía a una cena íntima en la Quinta de Olivos. Estaban Pepe y el querido Carlos Zanini, un tipo de una simpatía y una inteligencia arrolladoras. En el viaje a Venezuela le gastaba una broma a Pepe. Si aparecía Zanini lo agarraba del brazo y se lo exhibía.
–Mirá, Pepe. Ya que vos nunca fuiste peronista es hora de que conozcas a un auténtico negro peronista.
Zanini reventaba de la risa. ¡Y había sido maoísta! Pero tiene esa facha de "morocho sudamericano" entrañable. Lo quiero mucho. En esa cena habló bastante. De pronto, miro mi reloj y son las 0.5 del nuevo día.
–¿Saben algo? –digo–. Acabo de cumplir años.
Era 29 de marzo.
Cristina no dijo una palabra. Se levantó, salió del comedor y volvió con dos mozos y dos botellas de champán. Qué buen gesto. Todos brindaron por mi cumpleaños. Y recuerdo muy especialmente la cara de Néstor. Alzaba mucho su copa y me miraba a los ojos y sonreía satisfecho. Esa imagen queda en mí.
La última vez que nos vimos (ya después de la "separación") fue en una cena por el lanzamiento de la candidatura de Cristina. Estaba medio país. Hasta Morales Solá. Los de La Nación me dijeron que tenían un bloque progresista en el diario, aparte de todo lo demás. Especialmente fuera del área de influencia de Escribano. Que cuando quisiera escribir ahí tenía las puertas abiertas. Después de la "125" todo eso murió.
La cosa termina y se apagan muchas luces. Bajamos una escalera larga un montón de personas que no nos vemos muy bien. De pronto, al lado mío está Néstor.
–Presidente, tanto tiempo. ¿Cómo estás?
Me vio y dijo:
–¡Uy! ¿Qué hacés? Che, Cristina, mirá quién está.
Cristina –que estaba un escalón más abajo– me vio y con esa voz clara y con esa dicción perfecta, dice:
–¿Qué tal José Pablo, cómo te va?
Nos dimos un beso y seguimos hasta abajo charlando. Ahí nos despedimos. Y entonces sí: no lo vi más.

El Flaco. Diálogos irreverentes con Néstor Kirchner
Autor: José Pablo Feinmann

Mail del Presidente, José Pablo Feinmann


Anticipo. Un capítulo del libro El flaco, trabajo donde José Pablo Feinmann volcó sus diálogos con Néstor Kirchner desde 2003 hasta 2006



Un día de junio de 2006 llaman de la Presidencia de la Nación. Una secretaria. Verifica mi mail.
–Sí, es ése.
–Bueno, licenciado: va a recibir un mail del Presidente.
Al rato fui a mi compu. Abrí el mail y ahí estaba. Decía: Mail del Presidente. Y es el que sigue:
Estimado José Pablo:
Hay veces que me decepcionás y otras que no. Los dos tenemos una historia anterior. Cada uno de nosotros sabe cuál es.
Cuando decís que no hemos resuelto la exclusión social sos injusto y cómodo a la vez.
Hemos bajado casi 30 puntos la pobreza, hemos llevado la indigencia a menos de la mitad y la desocupación ha bajado entre 12 y 14 puntos. Se redujo considerablemente la mortalidad infantil y la deserción escolar.
Triplicamos la jubilación mínima dando ocho aumentos y, por primera vez después de catorce años, otorgamos una suba general para todos los jubilados. Así achicamos la brecha entre los más ricos y los más pobres.
Aumentó el ingreso per cápita y el salario mínimo, vital y móvil se triplicó luego de diez años de estar estancado en la misma cifra.
Hacía cien años que Argentina no tenía una expansión de su economía como la que está viviendo.
No sé si pensar que tus declaraciones son el producto de una noche de insomnio o es esa tendencia de algunos que se dibujan intelectuales y se creen superiores, diferentes a los demás y hasta más inteligentes que el común de los mortales. Pero, y discúlpame que recurra a una frase peronista, la única verdad es la realidad.
En tus opiniones también menospreciás la victoria del pueblo de la provincia de Buenos Aires sobre el aparato duhaldista y confundís el voto popular con movimientos de aparatos.
Cuando te quejás de la CGT no podés reconocer que, nos guste o no, son ellos los que hoy representan a los trabajadores.
También caés en el reduccionismo político de equiparar a la CGT con Barrionuevo. Sería como equiparar a los empresarios con Martínez de Hoz.
Dentro del marco de esa realidad que nos toca vivir es que conseguimos una quita histórica de la deuda externa y cancelamos toda nuestra deuda con el Fondo, a pesar de lo cual, seguimos acumulando reservas. Esto, además, nos ha dado un nuevo marco de relacionamiento internacional y de autonomía en las decisiones.
José Pablo, yo no soy Mandrake el mago. Soy apenas un ser humano que asumió la Presidencia de la Nación con el menor porcentaje de votos de la historia argentina, 22 por ciento, y en el momento más difícil de nuestra historia reciente.
Acierto y me equivoco como cualquier ser humano. Vos sos una buena persona. No te voy a quitar méritos. A veces sos un intelectual brillante y otras veces opaco. Pero no olvides que también fuiste un militante político y como tal merecés un análisis más profundo y piadoso, pero siempre con los pies en la tierra.
Ser un intelectual no significa mostrarse diferente, tal como ser valiente no implica mirar a los demás desde la cima de la montaña.
Mi compromiso es el de siempre: gobernar, trabajar y administrar. Creo firmemente en mis convicciones y trato de llevarlas adelante con todas mis fuerzas, en el marco de la realidad que nos toca vivir. Los problemas de los argentinos no se resuelven a vendavales, sino gestionando todos los días.
Por eso creo que vos y yo no pensamos tan diferente, sino que tenés miedo. Miedo de que te confundan, porque creés que la individualidad te va a preservar. Pero no te olvides que pertenecemos a una generación que siempre creyó en las construcciones colectivas. La individualidad te pondrá en el firmamento, pero sólo la construcción colectiva nos reivindicará frente a la historia. Al fin y al cabo todos somos pasantes de la historia.
Por último, quiero decirte que no hay nada más lindo que comerse unos fideos con la vieja el domingo y por la tarde gritar un gol de Racing, por lo menos, para este humilde argentino.
Atentamente,
Néstor Kirchner



Durante esos días Veintitrés nos había puesto a Sarlo y a mí en tapa. El motivo: “Dos miradas antagónicas sobre la realidad argentina por el hombre y la mujer más respetados del mundo intelectual”. La foto de Sarlo a la izquierda. La mía a la derecha. Se equivocaron.
Creo que yo dije algunas cosas que debí haber moderado en ese reportaje. Pero estaba muy enojado con la cuestión de la pobreza. En varias notas ya había pedido la distribución y una abierta, decidida lucha nacional contra el hambre. Cuando leí que el Gobierno tenía 40 mil millones de pesos en caja fue que declaré en Veintitrés: “Hay cosas que me duelen de Kirchner que la derecha no dice, porque a la derecha le importan un rábano, para hablar con palabras suaves. Me duelen la distribución del ingreso y la pobreza en la Argentina. Y el verso del republicanismo, la hegemonía, el autoritarismo y el deterioro de las instituciones es un verso protogolpista. No tienen el putsch armado, porque no va a ir el amable personaje Morales Solá a embestir contra la Casa de Gobierno luego de escribir: Jamás fue tan grande el deterioro institucional en la Argentina. Después de escribir eso, las consecuencias, ¿cuáles son? Lo que a mí me importa reprocharle a Kirchner es, por ejemplo, su condición actual de Tío Patilludo. Que tiene 40 mil millones de pesos en caja y que hay cientos de chicos que se mueren de hambre en las calles de Buenos Aires”. Pero con lo del campo mi visión cambió. Cristina les quiso tomar un 3% para distribuir y hubo un serio intento de golpe de Estado con respaldo popular y mediático. Cobos ya sabemos qué clase de tipo es y por qué dijo esa noche lo que dijo. Pero conjeturo a veces que si votaba a favor había un levantamiento. Observen lo que dice la frase de Morales Solá. O el tipo estaba loco o se estaba preparando un clima de golpe desde hacía rato.
Lo de los tallarines es una frase de Lorenzo Miguel: “El peronismo es comer tallarines los domingos con la vieja”. Analicé esta frase en distintos medios. ¿Qué es el peronismo? 1) La mesa familiar; 2) La Vieja; 3) El santo día domingo. La Iglesia; 4) La familia unita. Todos reunidos para comer los tallarines. Ése no es el peronismo que Néstor soñó en los setenta. Es el peronismo de un facho como fue Lorenzo Miguel que ahogó con sus huestes a los huelguistas de Villa Constitución a comienzos de 1975. Con los suyos y con la Triple A. Pero esto es secundario. Del peronismo se puede dar cualquier definición. La que da Soriano (y, ¿quién si no Favio?, coloca de acápite de su film Gatica, el Mono): “Si yo nunca me metí en política, siempre fui peronista”.
La carta la juzgarán los lectores. Pero –según me dijo mi gran amigo Juan Manuel Abal Medina (hijo)– es de Néstor, sin duda. Y es asombroso que un Presidente de la República les quite tanto tiempo a sus infinitas tareas para sentarse a escribir un texto complejo.
No estoy satisfecho con mi respuesta. La escribí de apuro. O no estaba inspirado. Qué sé yo. Pero aquí está:
Estimado Néstor:
Creo que la mayoría de tus señalamientos se basan en la nota de Veintitrés. Pongamos que es cierto algo que decís: a veces soy brillante, a veces soy opaco; como todos, supongo. Pongamos, entonces, que estuve opaco en esa nota. Pero aclaremos cómo fue hecha: se levantó de un programa de televisión al que concurrí (el de Zloto y Tenembaum). Luego me llamó este último y me dijo que Veintitrés quería publicarlo y que publicarían también mi nota sobre Elsa Oesterheld en el palco del 25. No bien vi ese material tomé una decisión definitiva: jamás voy a aceptar otra vez una nota en un semanario argentino. Tampoco en radio. Ni televisión. Nada. Nada –al menos– de notas políticas. Ellos, siempre, presentan el material de un modo en que te hacen decir lo que ellos quieren. (Nota: Esto no fue así. Continué aceptando notas. Pero cada vez hubo y hay menos lugares confiables donde hacerlas. Además, al contar con un diario no tengo gran necesidad de notas.)
Yo no soy un individualista. Soy –con algunos otros; con Osvaldo Bayer, sin duda– el más comprometido y jugado de los intelectuales de este país. La mayoría son cobardes que cuidan sus becas del Conicet o ganan la Gugenheim. Asumo, desde siempre, la figura del intelectual sartreano. Estoy, además, encuadrado. Pertenezco a los cuadros periodísticos de Página/12. Y me honra que eso sea así. Escribo en Página desde hace dieciséis años. Tuve muchas ofertas para emigrar a órganos de la derecha. A La Nación, desde luego, o a Clarín. Tipos como Tomás Eloy Martínez se fueron de Página a La Nación. Yo no pienso moverme de Página mientras el diario exista. El mismo día de tu carta cenaba con Hugo Soriani. Sólo a él le comenté la cuestión para no sentirme tan solo y porque confío en su juicio político y humano.
A veces me invitan a dar una conferencia para gente de La Nación (diario que compro y casi no tolero leer: no leo, por ejemplo, esa basura de “la foto que habla”) y voy y vienen a escucharme quinientas personas y doscientas se quedan afuera. Y modera Nelson Castro. Y yo les digo que creo en tu gobierno. Ahora bien, si ahí yo me convierto en un defensor total de tu gestión... no me creen. Me dicen “kirchnerista”. Entonces hago lo siguiente: le pido a tu gestión lo que ellos jamás te pedirían: distribución del ingreso, plan nacional de alfabetización, lucha frontal contra el hambre. Lo mismo hago en mis notas. Querido Néstor: yo no puedo escribir para el público de Página solamente: esos lectores ya están convencidos. Tengo que volverme “creíble” para que la derecha me escuche. Esto lo logro de dos modos: o por prestigio o por exhibir mi independencia de criterio. Aquí, conjeturo, es donde se producen algunas asperezas con vos. Pero si yo soy visualizado como un “kirchnerista”, pierdo credibilidad. No sirvo para nada. No “te” sirvo para nada. A veces tengo que criticarte para meter lo esencial que quiero decir. Que siempre es a favor tuyo. De tu gobierno. Si esta metodología es equivocada la voy a revisar, pero es la misma que utiliza Página que, como yo, pierde credibilidad cuando los tantos cretinos que hay en esta tierra la llaman el Boletín Oficial.
Mi nota sobre Elsa Oesterheld fue una exaltación de tu palco. La nota decía (aunque no lo haya dicho textualmente): “Vean, este Presidente dijo su discurso con El Eternauta en el palco”. Cosa que –luego, en otros contextos– dije ampliamente. ¿Por qué te basás sólo en la nota manipulada de Veintitrés? Para la apertura de la Feria del Libro, por ejemplo, Elvio Vitali, de parte del querido Carlos Zanini, me pidió una parte del discurso: la de la relación del Presidente con los intelectuales. Y yo la escribí. ¿La habría escrito si no te apoyara? ¿Escribiría yo un discurso para cualquier político argentino que no fueras vos? ¡Qué lástima que no me oíste la noche del lunes en el programa de nuestra común amiga Hebe! Prepárese, querido Presidente: con Hebe tenemos planeado pedirte una audiencia para peticionar por la intensificación de la lucha contra el hambre. En serio, eso arreglamos en el programa de ella. Haber hecho de Hebe lo que Hebe es hoy no es el menor de tus méritos.
En cuanto a que sea el pueblo de la Provincia de Buenos Aires el que venció a Duhalde me gustaría hablarlo personalmente. Ante todo, porque me encantaría tomar un café con vos.
Me conmovió que me dijeras que tengo “miedo”. Qué sé yo, puede ser. Porque siempre me cuestiono por qué Pepe Nun y Horacio González agarraron cargos y yo me escabullí por la tangente. Les admiro ese riesgo. A mí me ofrecieron la Biblioteca antes que a Horacio y dije que no. Ocurre algo sencillo: ése es mi estilo de vida. No puedo vivir sin escribir. Pero no me escondo en la Torre de Marfil. Acaso –insisto en esto– tenga que revisar algunas estrategias que uso para referirme a tu Gobierno. Pero sólo eso. El día 25 –al verla a Elsa en el Palco– estuve feliz y estuve orgulloso de mi presidente. Y sé que vas a meterte con todo en la distribución y en la lucha contra el hambre. “Con todo” significa más allá de lo tolerable para los poderosos. Ese día la derecha va a apretar tanto que lo de ahora va a parecer cosa de niños. Yo te aseguro que en esa encrucijada (con mis compañeros de Página, con Hebe y espero que con muchos más) voy a estar claramente a tu lado.
Con el cariño y la amistad de siempre,
José Pablo Feinmann

Cómo explicarles el horror a los chicos" Por Ricardo Ragendorfer! MIRADAS AL SUR



¿De qué manera hablarles del exterminio de miles de personas, en su mayoría jóvenes, sólo por haber incurrido en el terrible pecado de soñar con un mundo mejor?



Uno de los maestros de la escuela a la que acude mi hija, Zoe, me propuso dar una especie de clase sobre la dictadura, al cumplirse un nuevo aniversario del golpe de Estado de 1976. En ese instante se apoderó de mí algo parecido a la incertidumbre. En ello había una razón de peso: ¿Cómo explicar a pibes de entre 8 y 12 años una tragedia histórica cuyo sentido más profundo es aún hoy incomprensible, incluso para quienes la hemos vivido? ¿De qué manera hablarles del exterminio de miles de personas, en su mayoría jóvenes, sólo por haber incurrido en el terrible pecado de soñar con un mundo mejor? ¿Qué palabras usar para describir el significado más extremo del horror?

Confieso que acudí a tal compromiso con esos interrogantes intactos. Y los chicos, sentados en círculo, algunos con apuntes entre las manos, comenzaron a asimilar mi relato con una entereza asombrosa. Era una mañana radiante. Entonces se me cruzó por la mente el color opaco de aquella otra mañana. Su niebla. Las calles desiertas. Y un sonido que aún perdura en la memoria: los espantosos acordes de la Marcha de Ituzaingó como preludio del Comunicado Nº 1 de la Junta Militar leído por un locutor que parecía estar transmitiendo desde las tinieblas. “Las Fuerzas Armadas han tomado el control operacional del país”, fueron sus exactas palabras. Al rato, los televisores mostrarían tres siluetas fantasmagóricas, escoltadas por un escribano y un cura –siempre en estos casos hay un cura–, al prestar juramento en el Salón Blanco de la Casa Rosada. Había que ver la expresión calavérica de Videla, su estampa exageradamente firme, con el cuello estirado hasta lo imposible. Me había hundido en esos recuerdos. Pero, de pronto, una voz, creo que la de una niña de tercer grado, me devolvió al presente. Todavía se lo agradezco.

Los chicos seguían sentados en círculo. Y se turnaban para hacer preguntas. Recuerdo una en particular:

–¿En esa época la gente podía vestirse como quería?

Había sido hecha por un pibito de unos 10 años. Su inquietud, en apariencia, trivial, apuntaba en realidad hacia las normativas impuestas sobre la existencia cotidiana. Unas normativas arbitrarias hasta el absurdo, cuyo alcance medía el sometimiento de la sociedad civil al poder militar. Y sin otro propósito que el de despojar a las personas su condición de sujetos responsables de sus actos y elecciones. En resumidas cuentas, era la banalidad del mal en estado puro. Lo cierto es que la intuición de ese pibe había advertido semejante concepto.

Sus compañeros no le iban a la zaga. Es que la lógica aplastante de los niños tiene eso, y más si se refiere a un asunto como el que tratábamos; es decir: una percepción incontaminada de las cosas, y sin las lecturas idiotas que frente a estas situaciones suelen trazar algunos adultos.

Ello hizo que me acordara de algo ocurrido días antes: un piquete impedía el avance del taxi que me llevaba por la avenida Córdoba; en esas circunstancias, el chofer volteó la cabeza hacia mí para, simplemente, decir: “¿Cuándo van a volver los militares?” Entonces me pregunté cuánta gente pensaría como él. Fue imposible encontrar una respuesta. Pero ese interrogante me llevó a otro: ¿Qué porcentaje de la población hace tres décadas y media apoyó el golpe de Estado? No me refería a la complicidad superestructural de ciertos sectores de la sociedad –empresarios, funcionarios del Poder Judicial, altos dignatarios de la Iglesia y hasta periodistas– con los uniformados. Ya se sabe que el ominoso papel que a todos ellos les cupo en esos años contribuyó a resignificar dicho período como una dictadura cívico-militar. Tampoco me refería al ejercicio de otra forma de colaboracionismo, al que bien se podría calificar como de “baja estofa”, el cual, por cierto, no fue menos orgánico. Es que un episodio algo cruento lo pondría tempranamente al descubierto. En julio de 1976, una bomba estalló en el comedor de la Superintendencia de Seguridad Federal –el brazo represivo de la agencia policial más importante del país– con un saldo de 23 muertos y 60 heridos. En su momento resultó notable que entre estos últimos hubiera una gran cantidad de civiles: porteros, taxistas, mozos y hasta amas de casa. Así pudo saberse que todos ellos formaban parte del ejército de “orejas” del régimen. Sin embargo, mi pregunta apuntaba en realidad hacia otro segmento social: la masa pasiva y silenciosa que solía pegar en la luneta de sus automóviles una oblea que decía: “Los argentinos somos derechos y humanos.” Ese slogan impresionó de sobremanera a mi auditorio de aquel día.

La curiosidad de los pibes no menguaba. Y también mostraron interés en cómo los diarios reflejaban las noticias y qué tipos de programas se podían ver por televisión. Al respecto, evoqué para ellos un fragmento de una entrevista efectuada por un noticiero de la época a un teniente coronel reciclado como funcionario de algún ministerio, a quien le preguntaron:

–¿Por qué razón los jóvenes tienden a rebelarse ante la autoridad?

La respuesta fue:

–Algunos jóvenes padecen de lo que yo llamo exceso de pensamiento.

Los chicos, entonces, estallaron en una risotada.

Ahora creo que ese cavernícola tal vez haya tenido razón: los niños que tenía ante mis ojos eran una muestra cabal de dicho exceso.

Para mí fue un gran honor haber compartido aquella mañana con ellos.

martes, 12 de abril de 2011

OTRO ORGULLO NACIONAL, Se producirán netbooks, PC y notebooks


Cristina inaugura una fábrica de computadoras
La presidenta irá a la inauguración de una planta de fabricación de computadoras de la empresa Bangho, en Vicente López. Además, se comunicará mediante videoconferencia con Zárate, donde se inaugurará una escuela técnica y con Merlo, donde se entregarán viviendas. Luego promulgará una ley.
La presidenta Cristina Fernández asistirá hoy, a las 16.30, de la inauguración de la planta de fabricación de computadoras de Bangho, en Vicente López. Además, se comunicará mediante videoconferencia con Zárate, donde se inaugurará una escuela técnica especializada en energía nuclear y con Merlo, donde se entregarán viviendas.

Posteriormente a las 19:00, desde su despacho de la Casa de Gobierno, la Presidenta promulgará la Ley de transferencia de tierras de Mar del Plata a la ciudad Judicial.

Respecto del acto central en Vicente López acompañarán a la Jefa de Estado la ministra de Industria, Débora Giorgi; el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli; el intendente de Vicente López, Enrique García y el presidente de la empresa Bangho, Pablo Suaya.

Bangho es propiedad de la empresa PC Arts Argentina, que es líder en la distribución de productos informáticos, que emplea a 550 personas en todo el país y que tuvo en 2010 una facturación de 500 millones de pesos. En la planta de Vicente López se producirán Netbooks, notebooks, PC´s, AIO y LC.

Cristina llegará alrededor de las 16:30, recorrerá las instalaciones, descubrirá una placa y se trasladará al escenario del acto principal.

Desde allí mantendrá dos videoconferencias. La primera será con Merlo, lugar donde se entregarán viviendas a vecinos de ese municipio bonaerense.

Luego se comunicará con Zárate donde se inaugurará el Instituto Superior de Formación Técnica 195, en el que se dictará la carrera de técnico superior en reactores nucleares, que ya cuenta con 200 inscriptos. También se pondrá en funcionamiento la Unidad Integral de Educación Técnico Profesional.

Ambos establecimientos responden a la necesidad de capacitación del personal para operar las plantas nucleares Atucha y Atucha II, que se encuentran en Lima, partido bonaerense de Zárate.

Estarán en diálogo con la Presidenta el ministro de Educación, Alberto Sileoni, y su par provincial, Mario Oporto; también lo hará el director de la institución, Marcelo Huidobro.

Una vez finalizadas las videoconferencias, el presidente de la empresa argentina Bangho, Pablo Suaya, dirá unas palabras. El acto finalizará con una exposición de Cristina Fernández sobre las temáticas convocantes.

sábado, 9 de abril de 2011

BUSCAMOS A ANALÍA, DESAPARECIDA EN MORENO. POR FAVOR DIFUNDIR. GRACIAS.


BUSCAMOS A ANALÍA, DESAPARECIDA EN MORENO. POR FAVOR DIFUNDIR. GRACIAS.

Analía Mayra Cabañola Vardé, tiene 14 años y se domicilia en el barrio La Perlita, del partido de Moreno.


...
Se ausentó desde su casa, con rumbo desconocido el 17 de marzo de 2011, vestida con un jogging de color negro, zapatillas negras y rojas, campera color clara y mochila de tono lila.



La familia estima que puede estar acompañada de Nicolás García, de 16 años, novio de la chica, cuya descripción física indica que tiene el cabello corto, castaño, altura media y delgado.



Hay sospechas de trata de personas y de un entregador. Se abrió un grupo en la red social Facebook



buscandoaandreamayracabanola@groups.facebook.comVer más

LOS ESTATUTOS DEL HOMBRE.(PRESCRIPCIONES)


ARTICULO 1:

Decrétase que ahorala verdad es válida.

que ahora la vida es válida,

y que mano con mano

trabajaremos todos por la vida verdadera.....



ARTICULO 2:

Decrétase que todos los días de la semana,

inclusive los martes más cenicientos,

tienen derecho a convertirse en mañanas de domingo.



ARTICULO 3:

Decrétase que a partir de este instante,

habrá girasoles en todas las ventanas

y que los girasoles tendrán derechos

a abrirse a la sombra:

y que las ventanas deben permanecer el día entero

abiertas hacia el verde donde crece la esperanza.



ARTICULO 4:

Decrétase que el hombre no tendrá nunca más

que dudar del hombre...

que el hombre confiará en el hombre

como la palamera confía en el viento

como el viento confía en el aire,

como el aire confía en el campo azul del cielo.



PÁRRAFO ÚNICO:

El hombre confiará en el hombre como un niño confía en otro niño.......

THIAGO DE MELLO......

jueves, 7 de abril de 2011

Manu Chao - Clandestino

Recuperan a la nieta 103 gracias a un análisis forzoso de ADN


Una hija de desaparecidos recuperó su identidad; es la número 103. El caso tiene similitud con el de Marcela y Felipe Noble Herrera: la nieta se negaba a hacerse el ADN hasta que un juez federal de Rosario ordenó el análisis forzoso.


La hija de una militante del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), Cecilia Beatriz Barral, desaparecida en Rosario durante la última dictadura junto a su compañero, fue identificada ayer a través de un examen realizado por el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG), ordenado por el juez federal Nº 4 Marcelo Bailaque.

Barral fue secuestrada en agosto de 1976, cuando cursaba un embarazo a término, y gracias a la lucha de su hermana Ana, María tiene desde hoy su nueva identidad.

El caso tiene un parangón con el de los hijos de Ernestina Herrera de Noble, ya que la joven recuperada no aceptaba hacerse un análisis de ADN, hasta que la Cámara Federal de Apelaciones de Rosario lo ordenó. El juez Bailaque informó ayer a las partes del resultado.

María estaba en el vientre de su madre, Cecilia, el 2 de agosto de 1976, cuando junto a su pareja fue secuestrada de la vivienda de Necochea 2050 en un operativo clandestino llevado adelante por el Destacamento de Inteligencia 121, en el que otras dos personas también fueron detenidas ilegalmente y otra fue asesinada.

Según informa Página/12, el fallo conocido ayer se tramitó ante la Secretaría de Derechos Humanos del juzgado, a cargo de Gonzalo López Quintana, dentro del expediente N° 260/09, caratulado “Sumario Averiguación Violación a los Derechos Humanos”, en el que se ha logrado determinar la identidad de una persona que naciera en cautiverio luego de que su madre biológica fuera privada de libertad, permaneciendo a la fecha desaparecida”.

Según el fallo, "la pareja de personas desaparecidas tienen la probabilidad porcentual indicada anteriormente de haber sido los padres biológicos del perfil genético obtenido”.